Páginas

lunes, 27 de agosto de 2012

Cuatro.



Córdoba. 25 de agosto de 2012

   -"Usted tiene algo que nos pertenece"
   ¿Cuántas veces fantaseamos con escuchar esa frase? Otras que vimos en el cine y que ansiamos escuchar son "Necesito que encuentre a esta persona", o "Tiene que buscar un pájaro de madera recubierto con joyas de los Templarios". Se que suenan gastadas. Son lugares comunes del cine negro, pero yo trabajo con lugares comunes. Por otra parte, hace veinte años que no se distribuye cine del mundo capitalista. Las veces que fantaseamos que alguien iba a entrar a pedirnos que buscáramos un objeto precioso, o que lo devolviéramos, lo imaginamos con el aspecto de Mary Astor en el Halcón Maltés. No fue así.
  La señorita L.no se parece a Mary Astor. Si buscáramos alguna cara sería la de Hazel Brooks, la malvada amante de Don Ameche en "Pacto Tenebroso".  Fría, angulosa, con ese aspecto distante de las mujeres británicas. El primero en notar su presencia fue AB. En realidad lo que notamos fueron las piernas, por razones distintas. Yo, nieto de zapateros, noté la calidad poco habitual de las botas. Evidentemente no habían sido fabricadas en el país. AB las miró con la alegría del encuentro inesperado. Sin llegar al gusto por el género BDSM, sabía apreciar un potencial fetiche.
   Sin saludar, sin dudar, sabiendo perfectamente qué buscaba se paró delante mío en el comedor comunitario: -"Usted tiene algo que nos pertenece"
   Buscaba la carpeta que robé de las ruinas de Gath y Chavez. Estaba claro que era valiosa. Si me quedaba alguna duda, me la despejó el allanamiento que alguna brigada hizo ayer en mi departamento mientras estaba en el trabajo. Todavía  no me secuestraron y torturaron, así que es posible que teman que la destruya o que no les revele donde está. También interrogaron a mis compañeros de trabajo. Nadie me lo dijo pero lo intuí de la cara de miedo y desconfianza de Roberta, que superó ampliamente el desprecio y la superioridad moral con la que me trata normalmente.
   -¿Con quién tengo el gusto de hablar?
   -Dudo que sea un gusto. Para mí no lo es.
   No dejaba de ser bonita de una manera rara. Mirada de cerca tenía una palidez enfermiza, casi verdosa. AB la miraba fascinado. Empecé a pensar en que en tono ligeramente verde de la piel y la capacidad de fascinar la emparentaban con los ofidios.
   -Llámeme L. No tiene mucho margen para negociar. Necesitamos los papeles del Congreso.
   -No se de qué me está hablando.
   -Ya va a tener noticias mías.
   Se dio vuelta y se fue. Después de unos minutos de mirar los platos de comida sin hablarnos, AB hablando muy bajo, me dijo:
   -Si fuera un asunto oficial del partido, AJ y vos ya estarían muertos. Si en cambio eligieron revisar tu departamento mientras no estabas, y vinieron a encararte es porque no tienen todas las cartas en la mano. Eso te da un espacio para negociar. Si supieras qué jugador tenés al frente.
   -Una no muerta. Nunca pensé que pudiéramos verla tan de cerca, y de día.
   Nos dimos vuelta. JF había aparecido en el comedor y presenciado la conversación.
   -Vengan. AJ necesita que nos encontremos con él.
   Salimos del comedor. Me dolía el estómago. Tenía el presentimiento de que nada bueno podía salir de esta expedición. De todas maneras, mientras nadie encontrara la carpeta, tenía la tranquilidad de que podía seguir vivo. Y dudo seriamente de que alguien pueda encontrarla en el caos del archivo de la Cinemateca.

(continuará)

3 comentarios:

  1. "El tono ligeramente verde de la piel y la capacidad de fascinar la emparentaban con los ofidios."

    No sabe la víbora que está pisando, amigo mío...

    ResponderEliminar
  2. Una "no muerta" ! A la pucha, que figura interesante. Voy a tener que ver Pacto Tenebroso, cabezón, para poder darme una idea más acabada de esta tal L. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. "Pacto tenebroso" era un thriller psicológico tema "hago pasar a mi señora por loca" Lo interesante era el aspecto de esta chica brooks. No llegó a hacer un carrerón. Solo estaba buena.

    ResponderEliminar