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lunes, 23 de septiembre de 2013

42 (S02E20 Deleted Scene)

Tenía por delante dos días para decidir que hacer con mi vida. Y una promesa que cumplir. Después de volver al Palacio Municipal, Sanchez saludó como si fuera un compañero de trabajo (y quizás lo había sido) y se internó en una oficina. Yo aproveché para sacar las pocas cosas que había dejado en el despacho de AJ, entre ellas mi pistola. Me llevé además un par de granadas que no habíamos usado en Gath y Chavez. Después caminé por el centro, descascarado y vetusto, de Córdoba. 
Dos día para decidir si aceptaba luchar junto con AJ o desaparecía. Busqué el hotel de la calle Velez Sarsfield donde había estado escondido. El viejo de la recepción no estaba. Me atendió una chica que me dijo que su abuelo estaba internado después de una descompensación, y me ofreció una habitación tan mala como la que había ocupado semanas atrás. Descansé hasta que se hizo de noche, comí algo liviano en un bar y fui hasta la casa de Roberta. 
La calle estaba vacía. La gente no recuperaba la confianza después de los allanamientos, los saqueos y los ataques de vampiros. Llegué al jardín y vi que la puerta estaba abierta todavía. Entré y verifiqué que no hubiera nadie. El aspecto de la casa era lamentable. Faltaban muebles. Los vecinos habían sido mas impiadosos que la policía. Lo que los agentes no habían roto había sido robado. Entendí porque Roberta se había ido. En la cocina abrí todas las llaves de gas del horno. Volví a salir al jardín, busqué una de las granadas en el fondo del bolso. Saqué el seguro y la espoleta, tiré y corrí. Después. el ruido, la vibración, la sordera temporaria y el incendio. Listo, tenía todas las obligaciones saldadas.  


Fin de la segunda parte.

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